
Enaltece ministro de Honduras abnegación de médicos de Cuba
Tegucigalpa, 23 de mayo de 2025.- El ministro de Ciencia y Tecnología de Honduras, Luther Castillo, enalteció hoy la labor que realizan las brigadas médicas de Cuba en más de un centenar de países, incluso en algunos con altos índices de desarrollo.
Durante una amena conversación con Prensa Latina en Tegucigalpa, Castillo expuso sus valoraciones sobre los 62 años de la cooperación médica cubana en el orbe, que comenzó en 1963 con la llegada a Argelia de un contingente de profesionales de la salud de la mayor de las Antillas.
Más de seis décadas en las que unos 600 mil cooperantes sanitarios de la que pequeña isla del Caribe cumplieron misiones en 165 naciones, con hazañas como la lucha contra el ébola en África, la ceguera en Latinoamérica, el cólera en Haití y el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19.
La calidez, la atención integral a los pacientes y esa capacidad de poder sentir el dolor ajeno y atender a los sectores más humildes con todo el cariño y la apertura del mundo, son rasgos que distinguen a los galenos cubanos, subrayó el joven ministro.
Egresado de la habanera Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), el secretario de Estado dijo que el paso por esta nación centroamericana de numerosas brigadas cubanas ha sido “el alivio más profundo para cargar con el dolor de los más pobres, de los más vilipendiados de este país”.
Rememoró que el primero de esos grupos de “batas blancas” desembarcó en Honduras en 1998, inmediatamente después del devastador huracán Mitch, que dejó a su paso una estela de destrucción y miles de vidas perdidas.
“Una de las particularidades de esa ayuda es que los cubanos llegaron aquí y viajaron a las zonas de más difícil acceso, no se fueron a las grandes ciudades, sino a aquellos lugares a asumir el dolor de nuestras madres, abuelas y a tratarlas sin asco”, enfatizó.
Tras formarse como médico en la prestigiosa ELAM, Castillo es reconocido como el primer hondureño y, por demás, de la etnia garífuna, en graduarse en la Universidad de Harvard, en un postgrado de Políticas Públicas y Gestión y la Maestría en Administración Pública.
Nosotros agradecemos, en nombre del pueblo hondureño, esa colaboración cubana, que ha tocado con manos divinas a nuestra gente, a los más necesitados para darles esa atención integral, dignificó.
Respecto a cómo se traduce esa cooperación en la actualidad, detalló que hay en Honduras más de un centenar de galenos de la nación antillana, distribuidos en hospitales públicos y atendiendo determinadas especialidades que no tenemos, manifestó.
“Contamos hoy con un programa insigne de geriatría, dirigido por el Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados y Funcionarios del Poder Ejecutivo y el Instituto Nacional de Previsión del Magisterio.
Geriatras cubanos atendiendo a una nuestra población de la tercera edad y a jubilados, agregó.
Además, elogió el trabajo impecable de la conocida Operación Milagro, que estuvo antes en Honduras, se desmanteló tras el golpe de Estado de 2009 contra el entonces presidente constitucional Manuel Zelaya (2006-2009) y regresó al país con el triunfo de la mandataria Xiomara Castro.
Ese equipo de oftalmólogos cubanos realiza intervenciones quirúrgicas gratuitas en tres clínicas ubicadas en Siguatepeque (Comayagua), Colinas (Santa Bárbara) y Tegucigalpa, donde se brinda atención a padecimientos como cataratas, pterigión, chalazión, entre otras afecciones oculares.
“Cirugías que cuestan miles de lempiras (la moneda hondureña) y que la gente no puede permitirse pagar porque son muy costosas”, indicó.
Remarcó que “los hondureños están conscientes del significado y el valor de esa atención médica especializada, saben su costo”.
Interrogado sobre la feroz cruzada del gobierno de Estados Unidos contra la contribución médica internacional de Cuba, el titular hondureño de Ciencia y Tecnología opinó que la administración norteamericana conoce a profundidad el significado del trabajo de los galenos de la isla.
“Por eso es la preocupación (de Washington) de construir narrativas en aras de intentar denigrar esa labor, empañar esa misión tan humana y profunda que hace Cuba en el mundo”, consideró.
No se trata de una campaña nueva, viene desde hace mucho tiempo, lo único que hacen es cambiar de vez en cuando el relato, las conceptualizaciones, advirtió.
“Pero nada de lo que ellos instrumenten puede deslegitimar la obra divina de los médicos cubanos a nivel internacional, tocando y sanando heridas, almas, siempre poniéndose en la posición del paciente”, aseveró.
A su juicio, ningún concepto, por más denigrante que sea, puede magullar el altruismo de los trabajadores de la salud del país caribeño, así como su calidad científico-técnica y el humanismo impecable que profesan, acentuó.
Todos los que han sido tocados por esas maravillosas manos, en todos los estratos sociales, son testigos de esa inmensa obra creada por la Revolución cubana, y son portadores de lo que significa ser tratados por los galenos cubanos, resaltó.
América Latina y el Caribe -dijo- están profundamente agradecidos con esas brigadas que tanto ayudan a mejorar la vida de nuestros pueblos.
Consultado por Prensa Latina sobre su formación profesional en la Escuela Latinoamericana de Medicina, el ministro consideró a la nación antillana como su segunda tierra.
“Más de 31 mil médicos de un centenar de países, ese es el alcance de los egresados de la ELAM, convertidos en embajadores que pueden hablar de la verdad de la Revolución cubana, contar la grandeza de ese proyecto, pero no por lo que leyeron en libros, sino por lo que vivieron en carne propia”, añadió.
“Estar al lado de un pueblo con dificultades, pero que supo compartir con nosotros lo mejor que tiene, no lo que les sobra, es un concepto difícil de entender en este contexto neoliberal, pero esa es la verdadera solidaridad”, acotó Castillo.
Para el doctor hondureño, esa es la esencia de la enseñanza de la medicina cubana que aprendimos en la ELAM.
“Como decía el guerrillero heroico, ser capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo, es la cualidad más linda de un médico revolucionario”, concluyó el ministro parafraseando al argentino Ernesto Che Guevara.